Verónica Laura Asad descubrió la numerología por pura casualidad. Fue en un curso de cocina, cuando tenía apenas 14 años. Mientras aprendía sobre ingredientes, mezclas y tiempos de cocción, escuchó que en la habitación estaban dando un curso de numerología. En ese momento, según cuenta, su alma sintió que había “una misión por cumplir”.
Hoy todos la conocemos como Pitty La Numeróloga y la vemos en la tele hablando sobre qué le depara a los famosos según sus números: opina desde equipos de fútbol hasta de los escándalos mediáticos de Wanda Nara y Mauro Icardi.
Pero poco se sabe sobre la mujer detrás de la numeróloga. Una mujer que en los últimos meses vivió tiempos difíciles tras enterarse que tenía cáncer de mama.
Ya recuperada, Pitty, mate de por medio, se confesó en una íntima charla con Clarín y relató cómo fue el proceso de sanación y habló desde la persona detrás del personaje.
“Yo me conecté con este mundo maravilloso de los números y me amigué con este don. Pero no dejo de ser una persona a la cual le pasan cosas. Entonces en este último tiempo también permito que conozcan a Verónica, a quien le pasan las mismas cosas que a la gente del otro lado”, detalla.
-¿Cómo llegás hoy a esta entrevista, después de haber atravesado un cáncer?
-Con una historia de vida fuerte porque así es la vida y así es la vida de la gente que le gusta vivir la vida. Hoy me encuentro después de una enfermedad, después de haber estado en el túnel. Repito lo que me dijo una amiga cuando me enfermé: “Pitty, el cáncer va a ser tu enemigo, que lo vas a tener que detectar para vencerlo”. Y yo te quiero decir hoy, a mis 48 años, que el cáncer fue mi mejor amigo, porque me dio la posibilidad de encontrarme conmigo misma. El cáncer te viene a mostrar que tenés que ocuparte de vos.

-¿Qué sentís que te vino a decir a vos?
-Yo siempre fui muy generosa conmigo, con mis seres queridos, pero había una parte ahí para trabajar que no tenía que ver con mi propia historia. Entonces, hay una edad en que llega la mitad de la vida y que uno tiene que elegir para qué camino ir. Tiene que elegir qué información vos tenés en tu inconsciente que no terminaste de sanar o resolver.
-Yo te veo vos como una persona que trabaja mucho en sí misma… ¿Te diste cuenta que, tal vez, te faltaba dar un paso más en ese autoconocimiento?
-Yo venía trabajando en los últimos cinco años, venía haciendo un trabajo interior desde mi alimentación hasta mi alma. A las mujeres, cuando maduramos o cuando llegamos a una cierta edad, nos empiezan a pasar muchas cosas. Cuando trabajaste muchos años para luchar por tus sueños y llega un momento que decís “bueno, ¿y ahora que hago?”. El trabajo más importante es el trabajo interior y bueno, me faltaba ese pedacito, ese pasito. Me fui por el mundo, me fui a Ámsterdam, China, París con un grupo de gente… Y cuando volví, en mi numerología decía que a los 47 años iba a tener un cambio en mi vida, que iba a ser algo que iba a trascender. Y como en 2024 fui con tanta gente tan importante a tener experiencias significativas, yo pensé que era eso. Cuando llegué de ese viaje, levanté un cajón y sentí un tirón y el número 47, si vos sumas 4 y 7 te da el número 11 que es un número maestro, es el aprendizaje y ahí me encontré con una enfermedad. Yo le pregunté al médico ¿de dónde viene el cáncer?, y me dijo “no tiene explicación”.
-¿Cómo lo trabajaste?
-Muchos me dicen: “¿No sabías? ¿No te dijeron los números?”. Es un poco ignorante decir eso... Yo siempre digo un poco lo mismo: "yo soy re bruja, pero vayan al psicólogo, trabájense, porque es lo mejor". Hoy hay un paradigma tan grande de cambios, hay mucha gente que está realmente sola, pero también hay un sistema que se está rompiendo porque mucha gente se empezó a trabajar, a ver qué onda, qué pasa, por qué yo esto, lo otro y está volviendo a reconstruirse todo.

-Vos has dicho que, desde esta experiencia, querés ayudar a un montón de mujeres que pueden estar pasando por lo mismo, y recién hablaste de un tirón que sentiste, ¿Cómo fue eso? ¿Qué te llevó a ir al médico?
-Yo fui al médico corriendo, apurada, me fui a hacer los estudios. Cuando me hago la mamografía me dicen: “Vas a tener que quedar un ratito más”. Y después, un ratito más. Y yo quería correr a mi negocio para acomodar las velas. Fue el día más largo de mi vida. Al otro día me esperaban en el Fleni. Llegué y yo veía que todos me abrazaban, me tocaban. Yo pensé “qué cariñosos que son”. Entonces me dicen “ya tenés mastólogo”. Yo te juro que en ese momento como que no me hice cargo de eso. La verdad que tengo un defecto, soy media negadora. Entonces salí de ahí con mi cartera, toda acelerada y fui a casa a prepararme porque tenía la apertura de un local y quería ir a acomodar. Me sonó el teléfono y la médica me dijo “Bueno, lamentablemente te tengo que avisar que encontramos algo que no es bueno para vos”. Me apoyé en un palo de luz y empecé a gritar como una loca. Yo gritaba “¿por qué a mí? ¿por qué a mí?”. Y fui al médico y le dije “¿por qué? yo fui buena madre, buena amiga, buena hermana, buena esposa, ¿para qué caracho sirvió todo esto?”. Cualquier cosa, o sea, era una película de terror, se me pasaba todo, imagínate que lo hice llorar al médico. Yo era una mujer verborrágica que no paraba de decir cosas muy tristes.
-¿Qué te dijo el médico?
-El médico me dijo “¿y por qué vos no?”. Cosas que son como así, tajantes, que te sacan de ese estado y me dijo “¿sabes cuántas mujeres hay que no saben que tienen cáncer?”. Y yo me fui de viaje con el cáncer. Ese día que yo me iba de viaje, yo soy muy especial con mis hijos, y me puse a bailar, a hacerles un show para que les quede grabado porque si se caía el avión, cosas de madre, je. Y a mí me dolía el pecho, pero yo la verdad, te soy sincera, nunca pensé en mi vida que era esto, nunca pensé. Y cuando volví me encontré con toda esta película que fue ver millones de personas, todas con sus quimioterapias. A mí me dio mucha cosa cuando tuve que tocar la campana arriba donde estaba toda la gente.
-¿Qué te pasó con eso?
-Estoy trabajando la culpa, pero me dio hasta culpa, porque la pelean mucho, porque yo fui una bendecida que Dios me dijo “te voy a dar una oportunidad”. Pero bueno, es muy difícil, pero también por otro lado después de haber estado en el túnel y haber bailado una cumbia con el diablo y estar acá sentada, dándome una nueva oportunidad y siendo el primer día que me puedo peinar, te digo que hoy el cáncer se cura, hoy el cáncer lo agarras a término y se terminó. Hay un montón de herramientas.
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Pitty, la numeróloga, compartió un emotivo video
-¿Cuál fue tu red de contención durante el tratamiento?
-Bueno, yo tuve la sorpresa de tener un grupo de gente que me acompañó. Desde mi mano derecha, que es como mi hija, mis hijos que me sorprendieron porque se hicieron grandes en un minuto. Ellos habían dicho que se iban a cuidar entre todos, que no me preocupara. Mi problema, lo que a mí más me afectaba, era verme pelada. Un poco parece superficial, pero esto nos pasa a todas las mujeres. Algunas lo dicen, otras no. Y el Fleni fue un lugar donde yo encontré mucha contención, donde yo me encontré muy segura porque los pinchazos no me dolieron, porque todo fue tratado con mucho amor, porque había otras mujeres que estaban ahí por segunda o tercera vez y me daban besos y me abrazaban... Entonces yo ahí, te digo la verdad, saqué fuerzas de donde no tenía. Pasé noches con neumonía, descompuesta, yendo a la guardia, vomitando, yendo mucho al baño... Es duro, pero se pasa.
-¿Qué fue lo más difícil?
-Lo más difícil fue el principio, me pasaba una película de terror, eso fue lo más difícil. Y lo más difícil también fue el final, porque el final me dejó en una sensación de estrés, mucho estrés. Recién ahora estoy empezando a dormir. Porque también muchas veces me decía la terapeuta que uno se enfermaba por vivir en situación de estrés. Y un poco eso yo lo re veo, lo percibo, yo siempre estoy estresada, pero es parte de mi personalidad. Pero el vivir en situación de estrés también trae muchas enfermedades. Fue una experiencia realmente que me traspasó el alma, yo siento que nada malo me puede volver a pasar. Siento que me pueden mandar a la guerra y puedo defender tranquilamente a la Argentina después de haber pasado todo esto.
-¿Por qué te quedaste tan estresada al final? ¿Sentís que por ahí te bajó todo junto? ¿Pudiste recalcular lo que había pasado?
-Mi personalidad, yo soy una persona bastante particular. Si llueve un poquito, me pongo a llorar. Pero si viene un monstruo que me quiere comer, yo me defiendo. Me parece que fue eso, como que fue ponerle al cuerpo, levantarme. Y era una quimio más y levantarme, y una quimio más y vamos, y una más y así... Cuando llega el momento que te dicen “ya está”, es “¿cómo ya está? ¿Ya está? ¿Se terminó?”. “Sí, ya está”. Te juro, me subió la presión a 19. De hecho, me quedó una marquita en la cara de la presión. Y claro, me quedé como en situación de estrés porque no podía creer estar en ese estado de que era el final. Porque hay una parte de la película que no está buena contar, pero hay días que no podés comer, no te podés peinar, no te podés lavar los dientes con tu cepillo de dientes, no te podés bañar el cabello, no te podés lavar como corresponde, no te podés cortar las uñas... entendés que hay un montón de cosas que tenés que ser muy cuidadoso porque no te puede agarrar una infección, no te podés resfriar... Es como la parte fea de la película. A mí me generó mucho estrés esto y aparte a veces cuando no tenés a nadie, o sea, yo tengo una mamá muy grande que no quiero que ella se ponga mal, entonces, ¿a quién le contás?

-Bueno, tu ex marido te acompañó un poco, ¿no?
-Él vive cerca de mi casa y es una excelente persona y yo la verdad que este camino lo quise hacer bastante sola, lo decidí yo. Preferí no mezclar las cosas, también vengo de un trabajo interior donde tengo que tener un poco claro hacia dónde quiero ir. Y la verdad que estoy más para redescubrir una nueva vida y para disfrutar la nueva vida que me merezco, merezco de verdad. Te juro que quiero calidad. Pero es un trabajo diario: los afectos, los vínculos y el sentirse bien. Empezar a disfrutar las pequeñas cosas, volver a tu punto de partida.
-¿Qué cosas no negocias hoy?
-Hoy no quiero boludeces. Yo estoy lista para una persona que me quiera de verdad, estoy lista para disfrutar la vida, porque tengo todo, en bendición de Dios, me lo gané todo. Y después me voy a dedicar a hacer lo que me gusta. Voy a seguir dando cursos, talleres, pero no tengo precisamente un proyecto, voy a hacer lo que tenga ganas. Te cambia la mirada de la vida. Lamentablemente hay mucha gente que no la puede contar, pero hoy una enfermedad se cura, hoy hay un montón de herramientas, hay que trabajarse. Sí, hay un destino escrito, está tu misión, pero en el medio hay cosas que nos hacen en la vida vivir experiencias donde tomamos decisiones. Hay un momento en que el universo te dice “vos sos grande, tomá algo grande a ver qué hacés”.
Pitty La Numeróloga: con quién tiene un mate pendiente y qué le diría a la Pitty de años atrás
-¿Te queda un mate pendiente con alguien?
-Sí, me queda un mate pendiente con alguien que creo que la voy a tener muy pronto. Y después, te soy sincera, estoy bastante liviana. Y mirá lo que te voy a decir, una ironía, del futuro, ni idea.
-Si pudieras tomarte un mate con la Pitty de hace algunos años, ¿Qué le dirías?
-Que es muy fuerte y que es una persona muy valiosa.
DD